Cinco consejos para decorar dormitorios pequeños con estilo

Cada vez es más habitual vivir en pequeños apartamentos donde cada una de las estancias es reducida, incluso el dormitorio principal. De nada sirve lamentarse ni agobiarse, ni muchos menos pensar que como es diminuto da igual llenarlo todo de trastos, es posible decorar dormitorios pequeños de forma práctica y con mucho estilo, y hoy veremos cinco consejos básicos para lograrlo.

Evidentemente, hay dormitorios pequeños y dormitorios pequeños, y la distribución será muy diferente entre uno cuadrado, por ejemplo y otro rectangular y estrecho. En todo caso, siempre hay cosas que se pueden hacer para multiplicar el espacio de almacenaje, aligerar visualmente el espacio o incluso agrandarlo.

¿Lo vemos?

1. Apuesta por el color blanco

Se trata de un consejo esencial, sabido por todos, pero que a veces nos resistimos a llevar a la práctica. Y es que para muchos, un dormitorio blanco es sinónimo de aséptico, soso, frío o aburrido. ¿Pero te parece que el estilo nórdico es así, por ejemplo? No, es cálido, es natural, es divertido, y tú puedes lograr lo mismo en tu habitación.

Pinta las paredes de blanco, si puedes elegir, pon una madera clarita también en el suelo, y combina el blanco y la madera clarita (tipo abedul) en los muebles. Así tu dormitorio sera ligero, lo que ayudará a agrandarlo visualmente. En los textiles y pequeños accesorios puedes dar los toques de color.

2. Una buena iluminación es fundamental

De elegir, todos optaríamos, en habitaciones grandes o pequeñas, por un gran ventanal repleto de luz natural, pero la vida real tiene sus propios condicionantes, y a veces nos tenemos que conformar con una ventana raquítica que da a un patio de luces oscuro. Para no caer en una depresión, es fundamental suplir la falta de luz natural con una buena dosis de luz artificial: ¡nada de poner una única bombilla en el techo y pensar que es suficiente! Saca partido de los apliques de pared, apuesta por combinar iluminación hacia abajo y hacia arriba, y  utiliza diferentes puntos de luz también con lámparas de mesa o incluso de pie.

3. Pon una cama grande

Ya que no caben muchos muebles, dale protagonismo al principal, que además suele ir en el medio -en habitaciones muy muy pequeñas se puede poner contra una de las paredes, pero es incómodo si duermen dos en ella-. No hay nada más cómodo que una cama grande, escógela con atención, busca una con un diseño atractivo y hazla protagonista absoluta de la estancia.

4. Acumula el almacenaje en una única zona

Si solo tienes un pequeño armario, es posible que te tiente la idea de ir poniendo junto a todas las paredes útiles una cómoda, una estanteria o un carrito, pero el resultado va a ser caótico, te dará sensación de abarrotamiento, y la habitación quedará más asfixiante. Es mejor elegir una zona del pequeño dormitorio para dedicar a almacenaje, y ahí sí, poner muebles del suelo al techo si es necesario. Por supuesto, siempre hay que aprovechar las zonas ocultas como la que queda bajo la cama o bajo un armario alto, con cajas y cestos.

5.  Añade algo estampado

Si temes que tu habitación acabe siendo tan austera como la de un convento, recuerda que no hay que abusar de colores y estampados, pero tampoco renunciar a ellos, ya que son fundamentales para dar personalidad a cualquier espacio. Limítate a un único estampado, pero se atrevido con él: puede ser un cabecero con motivos abstractos, un papel pintado en una de las paredes (nunca en las cuatro) o simplemente los textiles, ¡pero atrévete a innovar!

Y es que los dormitorios pequeños no tienen por qué ser ni aburridos ni agobiantes. ¡Y piensa que tienes la ventaja de que siempre resultan más coquetos y acogedores!

Fotos vía: Apartment Therapy e IKEA